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Manuel Lóipez Oliva: ?Cómo se siente un pintor cubano exponiendo en Estados Unidos?

Por Jorge Garrido 

El pintor cubano Manuel López Oliva causó semana atrás un cierto revuelo en Estados Unidos. Una exposición suya abierta en The John Slade Ely House, Center for Contemporary Art, de New Haven, Connecticutt, atrajó a un numeroso público integrado por artistas, estudiantes, académicos y hasta políticos norteamericanos.¿Qué despertó tanta atención al público norteamericano?De cualquier forma resulta una novedad que en momentos tan críticos en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, un pintor cubano eluda el bloqueo de Washington y cruce la línea que marca el gran cerco a la Isla.Delante, tengo a Manuel López Oliva, en su apartamento habanero, desde donde siguió el curso de su exposición a larga distancia, leyendo las noticias que le envíaban amigos y su representante en Estados Unidos. El gobierno norteamericano no le concedió visa para asistir a la apertura de su muestra.La muestra ha concluido. Ahora, desde La Habana, el pintor reflexiona sobre lo que sucedió. Razones, obstáculos, impactos.–Manuel, tu obra fue vista en un  centro de arte contemporáneo en Estados Unidos. ¿Esto significa una excepción en la pintura cubana o acaso un acontecimiento? ¿Podrá repetirse en estos momentos tan calientes en las relaciones entre los dos países? -Que un artista cubano de la plástica exhiba en Estados Unidos no es ninguna excepción, como tampoco lo es mostrar sus creaciones en Francia, Suecia, Mónaco, Japón o Brasil…Una de las características de la creación artística cubana es su capacidad de proyectarse hacia el  mundo y  establecer vínculos enriquecedores con éste. En breve entrevista anterior aparecida en  Cubanow, me referí de modo escueto a las relaciones históricas entre el arte visual cubano y su parigual norteamericano. Con determinada constancia, a partir de 1942, la pintura ,el dibujo y algo de la escultura de Cuba estuvieron exponiéndose en museos y galerías de los Estados Unidos, y llegaron a participar de importantes colecciones de esa nación. En diferentes momentos hubo profesionales de la plástica que estudiaron allá y hasta se quedaron a vivir, por distintas causas, articulándose dentro del  panorama multinacional del arte típico de aquel contexto. Debido al llamado “diferendo” político entre la pequeña isla y la enorme tierra norteña, la presencia de obras  cubanas en el correspondiente circuito  de EE. UU, se hizo más difícil, indirecta y  esporádica. No obstante, el coleccionismo  individual, el negocio con "mercancías" artísticas y la búsqueda curatorial de nuevas propuestas para los centros de arte norteamericanos, han hecho posible—desde el segundo lustro de los ochentas—un nuevo proceso de participación de lo hecho por artistas de acá y de los mismos autores dentro del contexto cultural de U.S. A. Algunas de mis obras llegadas allá con anterioridad, también a raíz de esta última etapa, pertenecen hoy a colecciones privadas, institucionales y de museos.Otros artistas cubanos vivos que aquí permanecen han expuesto también  en Estados Unidos. Algunos en muestras de museos.  Pero la mayoría en galerías—sobre todo de La Florida y los Estados del sur-- cuyo propósito principal y casi único es vender, de manera que como suceso se han sumergido en la urdimbre de intenso y gigantesco mercado que allá tiene acción cotidiana.Lo que distingue a mi pasada y reciente exhibición en The John Slade Ely House. Center for Contemporary Art,de New Havennn, es sobrepasar  la función museográfica o la comercial estrictas, para adquirir condición de propuesta integral para el estudio, la relación dialógica directa con  los espectadores y  hasta el debate, básicamente del sector universitario. La exposición está integrada por obras que corresponden en tiempo a lo que en Cuba hemos llamado el “Período especial”, así como por un video sobre arte –Paradojas del Deseo-- basado en mi poética creadora y realizado por el cubano Juder Laffita, que acaba de ser premiado en el Festival de la Televisión-2006 de nuestro país. Paralelamente se desarrollan conferencias y  encuentros con el público, no sólo acerca de mi trayectoria artística y  signos específicos, sino a la vez sobre el contexto cultural y social donde trabajo, mis posibles vínculos con el arte latinoamericano y otros asuntos que puedan tener una determinada conexión real o simbólica con mi  lenguaje pictórico.  La muestra no se distancia de Cuba, ni tampoco  reproduce sus visiones literalmente, sino que la integra de manera compleja. Por eso el título: Cuba, Myth  & Masquerade. Lo cierto es que en el ambiente de una ciudad de castillos y construcciones de tipo aristocrático, con un silencio y orden que imagino…. una exhibición a la que acuden constantemente personas de varios tipos, que hablan y discuten frente a las visiones de las pinturas expuestas o al salir de la sala donde se proyecta el video, que participan de las conferencias y conversatorios complementarios, llega a convertirse casi en un espectáculo. Esa suerte de grito reconocible en mi pintura de título Monólogo, que fue tomada como emblema gráfico de la exposición por la diseñadora Kathleen Martin, resume lo que ha sido ese suceso artístico en aquel sereno paisaje.No podría adelantar la certeza de que allá vuelvan a producirse o no nuevas exposiciones en lo que llamas “estos momentos tan calientes”. La realidad siempre tiene su costado inusitado. Desde hace años los vínculos entre Cuba y Estados Unidos se han mantenido entre lo más y lo menos caliente. Pero los posibles “vasos comunicantes” del arte y de la cultura poseen, igualmente, sus canales autónomos para trascender fronteras. Por ello no dudo que nuevas obras o nuevos artistas puedan exhibirse allá, abrir nuevas expectativas sobre nuestro medio cultural, y revelar la verdad de lo que somos y hacemos los artistas cubanos que  vivimos y creamos en el espacio geográfico donde hemos nacido. –¿Cómo se siente un pintor cubano exponiendo en Estados Unidos? ¿Cómo un ser raro?   ¿Una persona que logra romper el gran cerco del gobierno norteamericano a la Isla? Y en términos artísticos: ¿Un osado o privilegiado? ¿Un intruso? ¿Un incomprendido? Siempre he pensado que un artista es no sólo individuo de un país determinado, sino a la vez ciudadano del mundo. Eso creo también de los hombres que se ocupan de otras funciones y tienen otras profesiones. Por eso en mi pensamiento y en mi obra han regido principios humanistas, universales, de unidad esencial entre todos los que pueblan nuestro planeta. A partir de esa perspectiva, exponer en los Estados Unidos es una consecuencia lógica de la proyección de mi trabajo personal de artista cubano. No lo creo un milagro, ni lo considero una meta. Es más bien un resultado y una necesidad. Hablemos claro: ningún artista o crítico de arte, curador o coleccionista, marchand o estudioso con información ignora que desde finales de la Segunda Guerra Mundial el circuito de exhibición y mercado de los Estados Unidos se convirtió en paradigma y “bolsa de valores” para la circulación de las artes plásticas a nivel mundial.  De ahí que -díganlo o no- todos los creadores aspiren a medirse y abrirse camino  en los espacios norteamericanos destinados al arte. Lo importante es no perder nunca la conciencia de lo que uno es, ni el sentido verdadero que tiene exponer  lo que uno hace  en un medio tan diverso y competitivo como aquel.Podría decir que quizás por esa misma universalidad presente en mi discurso plástico, el público norteamericano, sin distinción de edades y ocupaciones, ha mostrado una aceptación  y un determinado diálogo con mis imágenes. En mi caso la exposición está allá cumpliendo con los objetivos propuestos, y  revelándole a las pupilas interesadas y conocedoras, uno de los numerosos enfoques contemporáneos  del arte y la cultura de Cuba.–Representa esto, de alguna manera, un acontecimiento para la pintura y la cultura cubana.Francamente, no creo que sea yo -autor  de la mencionada exposición- la persona más adecuada para responder esta pregunta. Cuando ejercí la crítica de arte solía valorar en otros artistas sus logros y alcances. Pero ahora puede resultar petulancia, o por el contrario, falsa modestia. Así que me limitaré a una simple y equilibrada apreciación  de lo que creo que puede significar esta nueva exposición mía en los Estados Unidos.Además  de acceder con mi obra a un circuito cultural de indudable importancia, he podido poner a prueba  satisfactoriamente mis concepciones estéticas y mi peculiar condición de pintor cubano, provisto de un enfoque renovador del género pictórico,  en un ámbito de recepción que en los últimos años ha entrado en contacto, mayormente, con géneros no tradicionales de la plástica de nuestro país, es decir, instalaciones, gráfica conceptual, fotografía, video arte, etc. Al mismo tiempo, los correspondientes especialistas y amantes del arte norteamericanos se han relacionado, mediante mis creaciones, con la apertura y diversidad de expresiones  del arte cubano en general.  -¿Consideras que los temas, los tratamientos y el lenguaje de tu obra han sido bien recibidos, entendidos y asimilados en los medios artísticos de esa nación? Hasta ahora la recepción  de mi  obra por coleccionistas y estudiosos de Estados Unidos, evidencia que mi sistema de expresión, como otros muchos portadores de autenticidad y espíritu actual, resulta coherente con  sus expectativas y su formación estética múltiple. Quien conoce la pluralidad y coexistencia de prácticas artísticas diferentes  en los medios institucionales y privados, académicos y de mercado propios de aquel país, sabe que allí todo verdadero  arte puede ser comprendido y asimilado.  La ausencia de sentido ilustrativo,  de estrechez local y coyuntural, así como  las figuraciones y temáticas relacionadas con la cultura clásica antigua, con argumentos teatrales de muchas épocas y autores, con la función de la máscara y con otros aspectos universales de la cultura, permiten  a cualquier tipo de espectador - y muy concretamente al norteamericano-  identificarse  de alguna manera con mi lenguaje. Los referentes teatrales, literarios, danzarios  y antropológicos sirven para tender un puente  entre mis propuestas creativas y la recepción de ellos. Por su parte, las texturaciones y atmósferas cromáticas, el hieratismo de algunas figuras y un tratamiento que puede acercarse visualmente  a la escenografía  y  a la factura artesanal, actúan como estimuladores emocionales,  pistas o señales que introducen a los receptores más o menos informados en el significado paradójico, diverso y siempre abierto de mi pintura. Hasta dónde han llegado las noticias, ?qué repercusión ha tenido la exposición en Estados Unidos?Como no pude estar presente en la inauguración de la muestra, el 13 de enero pasado a las 5 pm, supimos por un correo recibido de la Curadora Dra Lillian Guerra, que en las 2 primeras horas de ese día  el marcador había registrado 193 asistentes; pero que  después continuó llegando público hasta las 8pm, reuniéndose en la exposición  más de 200 personas, que incluían desde  periodistas y críticos, galeristas y coleccionistas, hasta curadores de museos y numerosos profesores y estudiantes de la Universidad de Yale, entidad que copatrocina la exposición  como parte de un proyecto mayor destinado a dar a conocer allá realidades y valores del arte, la cultura y la historia del Caribe y América Latina. También se nos ha dicho que las primeras reacciones frente a las obras fueron de sorpresa y admiración, lo que condujo enseguida a disímiles interrogantes e interpretaciones del sentido implícito en las obras.  Así mismo, desde la apertura de la exhibición se produjeron propuestas de exhibición en otros sitios, entrevistas a la curadora y a mí, reuniones del director del Centro de Arte--Paul Clabby-- con personalidades de diversas esferas interesadas en las obras, notas en la prensa escrita y digital, y asistencia constante de un público que mantuvo siempre ocupadas las salas donde están desplegados los cuadros. El primer día concurrió un grupo de estudiantes y profesores de una escuela  de Princeton, quienes ya tenían referencias de mi obra y viajaron a New Haven  con el propósito de apreciarla directamente. Con posterioridad algunos de ellos me han enviado mensajes con sus impresiones y valoraciones. 

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